y percibo la vibración de tu mirada fija en el punto donde puedes mirarme cuando yo te miro,
en el espacio exacto de breves segundos fugaces,
en el transcurrir posterior de mi conciencia escrutadora,
en el deseo de volver a sentirlo de nuevo...
Y en lo irracional guardo la certeza de que me encantó tu sonrisa,
de que me gustó lo que decía tu voz... y entonces, me alegro, vuelvo a verte y a escucharte.