lunes, 23 de agosto de 2010

A juicio propio

Estos son fragmentos tomados de reflexiones de la escritora francesa Catherine Millet:

Los celos de una nómada sexual:

Hace nueve años, Catherine Millet se sentó en palco de honor para recibir ovaciones y aplausos. Hace nueve años también ocupó la última fila para ser blanco de las críticas más severas y suscitar los comentarios más indignados. La vida sexual de Catherine M. fue un gran best seller alrededor del mundo y el primer libro literario publicado por esta francesa, conocida por ser la directora de una de las revistas más influyentes en el mundo del arte, Art Press, y quien confiesa habitar un cuerpo que no sabe nadar, ni conducir, de pies torpes pero que sabe follar y tener orgasmos múltiples.

Las discusiones se debatían entre si sus letras eran pornográficas o eran unas memorias sexuales de alguien que había tenido el coraje de desnudarse en todo el sentido de la palabra. Orgías, penetraciones, felaciones... Página tras página, Millet registraba sus aventuras con hombres y con mujeres, conocidos y desconocidos, a pesar de que sostenía una relación con el escritor Jacques Henric. Celos, la otra vida de Catherine M. se presenta como una prolongación de sus crudas revelaciones anteriores y nace de un pequeño descubrimiento: unas líneas, unas fotos que delatan las caricias, las fantasías y las relaciones de su esposo al lado de otras mujeres. La heroína, la mujer que creyó en la omnipotencia de su cuerpo, la del placer sin límites que descubrió las posibilidades del deseo, la nómada sexual, la mujer que se levanta de una condición ordinaria poseída por un superego social y moral, ahora es una mujer como todas las demás, que comparte el veneno corrosivo de los celos. Éstos desencadenarán una novela épica interior, un recorrido policiaco y detectivesco por la pesadilla de ansiedad que genera la traición. En comparación con su otro libro, la autora se revela más humana, más vulnerable.

Millet escribe estas páginas mediante una mirada interior y orgánica que combina con el análisis del ensayo como un ejercicio de intelectualizar y de filosofar acerca de una pasión común como los celos. Desde París, antes de su llegada a Bogotá como invitada especial a la Feria del Libro, habló con El Espectador.

¿Por qué un lector debería leer ‘Celos’?

La literatura está hecha para confrontar las experiencias. El lector se preguntará: ¿Podría yo en las mismas circunstancias actuar y reaccionar como el personaje de la novela o como la autora? Esto lo llevará a reflexionar sobre él mismo. Celos es el testimonio sincero de una mujer que experimentó una forma de los celos; los celos y las personas que los sienten lo leerán y se reconocerán o no lo harán, pero en la comparación aprenderán a conocerse mejor a sí mismos.

¿Por qué la necesidad de escribir estos libros? ¿Qué la alentó a hacerlo?

Creo profundamente en que la necesidad de escribir es independiente de lo que uno cuenta en sus libros. Al principio uno quiere escribir, eso es todo. Después, cuando uno se pone al trabajo, el deseo es tan fuerte que se vuelve una fuerza que nos sobrepasa y de la cual uno casi quisiera liberarse.

¿Cuál es la gran paradoja y el costo de la liberación sexual?

No hay ninguna paradoja, solamente una verdad banal: nunca hay una libertad total, porque la libertad nunca es algo adquirido, sino algo que siempre hay que adquirir. Es un proceso, no es un hecho. Y si usted no cree en Dios, no hay ningún precio a pagar, solamente hacer unos esfuerzos.

¿Es posible vivir una total libertad sexual sin dolor o es una utopía?

Primero habría que ser capaz de vivir la sexualidad sin dolor, sólo eso no es nada fácil. Con respecto a la utopía, tiene usted razón. Pertenezco a una generación que soñó con la libertad sexual, pero que se despertó de este sueño.

¿Cuál ha sido la influencia de sus libros sobre su vida sexual?

Humm… Me temo que por razones diversas no han frenado mi vida sexual.

¿Cuál es la función de la literatura en su vida?

En tanto que lectora y espectadora, algunos libros, algunas obras de arte me dan la ilusión de transfigurar mi propia vida.

¿Hay alguna particularidad en el hecho de ser francesa que le haya permitido escribir de la forma en que lo hizo?

Mi generación leyó mucho a Sade, a Genet y a Bataille. Y yo, leí mucho a Rousseau, Proust y Bernanos.

¿Cómo fue transformarse en un personaje literario? ¿Hay alguna disociación entre Catherine Millet y la de los libros?

Fue muy divertido, me emociona. Mientras que el lector se ocupa de Catherine M. e incluso, si quiere, de Catherine Millet, me quedo tranquila conmigo misma. Adoro esta “soledad paradójica”.

En su libro anterior uno diría que usted es una mujer única que se eleva por encima de las demás y con la cual a veces es difícil identificarse. Con ‘Celos’, usted se vuelve una mujer como las demás…

¿Sabe? La única cosa que me vuelve realmente diferente de las demás es haber escrito lo que escribí, ya sea si es sobre la sexualidad o sobre los celos…

El sexo está presente en la publicidad, en la moda, en el arte. ¿Cómo el contacto con el sexo ha cambiado la sociedad actual?

Se habla en efecto de todo esto mucho más, con menos tabús, pero la única cosa que pienso que cambió nuestra sexualidad en la intimidad, ha sido la cámara de fotos digital, así como la videocámara.

¿Cuál fue la reacción de su marido cuando leyó el libro?

Siempre me alentó a escribir. Para Celos probablemente se dijo que después de este libro yo pararía de acosarlo con mis celos.

En su opinión, ¿cuáles son las implicaciones de una sociedad donde el espacio privado se mezcla con lo público? Uno podría decir que hay una tendencia a que la intimidad desaparezca… (Facebook, la literatura, los medios, etc.).

Uno cree conocer todo sobre el presidente de la República y sobre las escenas domésticas de tal pareja de celebridades. Uno tiene más de 1.000 amigos en Facebook, pero no sabe cómo se llama el vecino.
http://www.elespectador.com/impreso/articuloimpreso-218476-los-celos-de-una-nomada-sexual

Hablando de sexo

Una de las más reconocidas críticas de arte en Francia, Catherine Millet, se hizo famosa tras contar su vida sexual en un libro que vendió millones de ejemplares.
Años después escribió otro, que narra cómo le afectó saber que su marido tenía las mismas andanzas: 'Celos'.

Catherine Millet pone las cartas sobre la mesa. Cuando escribe sus novelas y cuando escribe sus textos sobre arte. Dice que habla con la verdad, su verdad, y basta leer un par de líneas de sus libros para darse cuenta de que es así. Hasta 2001, esta francesa nacida en Bois-Colombes hace 62 años era conocida en su país por su trabajo juicioso como crítica de arte, por ser experta en la obra de Salvador Dalí, por ser la fundadora y directora de la revista Art Press, una de las publicaciones de arte contemporáneo de mayor prestigio en el mundo. Pero a partir del 2001, el nombre de Millet empezó a asociarse con seis palabras, las del título de su primera novela: La vida sexual de Catherine M.

En este libro, Millet describió su vida sexual con precisión casi científica. "La pauta era siempre la misma: unas manos recorrían mi cuerpo, yo agarraba pollas, giraba la cabeza a derecha y a izquierda para chuparlas, mientras que otras empujaban mi vientre. Durante la jornada podían turnarse de esta forma una veintena". Este es solo un párrafo de las 254 páginas de su libro (más memorias o autobiografía que novela; autobiografía sexual en este caso), que ha vendido cerca de tres millones de ejemplares en 47 países.

Con la claridad y la precisión que utiliza en sus ensayos de arte, Millet relata sus rutinas sexuales con docenas de hombres, con mujeres, en orgías, en pareja, sola, en bares, en la oficina. La francesa dividió el libro en cuatro capítulos -Números, Espacio, Detalles, Espacio replegado- y en todos impera su mirada, las observaciones sobre su cuerpo y el de los otros. El sexo como laboratorio, podría decirse de esta obra que tardó un año y medio en escribir y fue definida por la crítica como "el libro de sexo más explícito escrito por una mujer", como "un encefalograma de la sexualidad".

-¿Por qué La vida sexual de Catherine M ha tenido tanto éxito?

Millet sonríe. Vino a Bogotá por primera vez, invitada a la Feria del Libro. Juega con sus gafas, con su blackberry. Responde:

-"Porque habla de sexo, porque es una mujer que habla de sexo, porque esa mujer tiene una vida normal, una imagen normal. Porque su autora no era una estrella de porno, no era una prostituta. Era una mujer burguesa, casada, con un trabajo".

Ocho años después de este libro, Millet publicó la otra cara de la moneda, "la otra vida de Catherine M", que se editó en español con el título de Celos (Anagrama).

Sucedió que así como ella vivía una agitada sexualidad, su marido -el escritor francés Jacques Henric- hacía lo mismo. Entre los dos había una suerte de acuerdo, y cada uno sabía que el otro mantenía amoríos. Pero cuando Millet conoció que las relaciones de su marido eran con mujeres mucho más jóvenes y que con ellas había creado una relación casi paternal, sintió celos. Catherine decidió contarle al lector la experiencia por la que había atravesado con ese sentimiento del que pretendió huir, pero que la invadió.

"Fue mucho más difícil la escritura de este segundo libro porque había más sentimiento en sus páginas -dice Millet-. Me molestaba verme buscando las señales que evidenciaban esas relaciones, como en un espionaje". La relación con Henric (autor de varios libros, entre ellos uno de fotos con su esposa como modelo, desnuda) no se perturbó ni por la primera novela ni por la segunda. Y al final, Catherine cuenta que no hubo espacio para la culpa. "Soy de las que cree que hay suficiente generosidad en nosotros como humanos, y muchas posibilidades de amor para dar a varias personas".

-He leído que Celos (Jour de souffrance, su título original) fue escrito de forma simultánea a La vida sexual de Catherine M...

-"No fue así. La idea del segundo libro me llegó con la publicación del primero. Muchas personas empezaron a comentarme que era increíble que mi esposo no fuera celoso. Y bueno, como mujer honesta, salí a decir: yo sí fui celosa. Esto sucedió".

-¿Le sirve escribir?

-"Me ayuda a deshacerme de cosas. Una vez que termino un libro, salgo de esa persona que está ahí. Me vuelvo más liviana".

***

En Celos, Millet usó una estructura más parecida a la de una novela, pero de nuevo sin un solo renglón de ficción. Ella siente que la fuerza de lo que escribe reside precisamente en que es verdad. El libro que tiene en camino, de hecho, parte de nuevo de su biografía, esta vez de su infancia. "Quiero entender cómo una niña puede entrar en la vida sin tener ningún tabú sexual. Desarrollar esa idea y escribirla de una manera más ficcional", explica.

-Sus libros tienen una estructura más bien esquemática...

- "Será por mi formación de crítica de arte. Siento la necesidad de un plano abstracto que sostenga el contenido. Mi primer libro tenía capítulos muy abstractos. En el segundo ya busqué una alternación de capítulos más introspectivos. El que viene espero que sea una autobiografía novelada".

"La libertina que hay en mí tiene mucho que ver con la crítica de arte", dijo Millet en una de las conferencias que dio durante su visita a Bogotá. Preguntarse, desbaratar certezas, sentirse vulnerable. Fragmentada. Exhibir lo que otros esconden. Eso es lo que ella pretende. De nuevo: las cartas sobre la mesa. ¿Las ponen también quienes la leen? "Yo quise escribir sobre mi vida sexual para saber cómo era la de los demás", cuenta Millet y, en efecto, la publicación de sus libros le ha servido de espejo en el que otros se ven y ella ve a otros.

Muchas mujeres la han llamado y enviado cartas en las que le hablan de su sexualidad. Muchos periodistas que comienzan por preguntar terminan contándole sus asuntos sexuales. "Somos una persona distinta con cada persona que tenemos sexo", se arriesga a afirmar Catherine, que no se basó solo en su memoria (memoria visual, sobre todo) para su libro: también buscó apoyo en el recuerdo de varios de los hombres con quienes tuvo sexo. Ella, que en los años 60 miraba el feminismo con desprecio, siente que sus novelas la han conectado con las mujeres. "El mundo del arte me hizo cercana a los hombres; la publicación de mis libros me puso en un universo más femenino".

He encontrado muy temprano, y por instinto, la fórmula de la vida: hacer que los otros acepten, como naturales, los excesos de nuestra personalidad y descargarnos de nuestras angustias creando una suerte de participación colectiva. Podría ser una frase de Millet, pero no es de ella: es de Salvador Dalí, el artista al que ella le ha entregado más tiempo de estudio y escritura. Dalí y yo se titula uno de los libros que ha publicado sobre el español. "Me interesa su obra porque tiene mucho contenido sexual -dice-. Me dio la oportunidad de analizar la relación que hay entre el onanismo y la percepción visual. Dalí afirmaba que era un gran onanista y un observador extraordinario".

Curadora del pabellón francés en bienales como la de Sao Paulo y Venecia, en los años 80, autora del libro El arte contemporáneo en Francia, Millet sigue hoy encargada de la dirección de Art Press, que circula en varios países de Europa y en Estados Unidos. La revista ha logrado vivir 38 años por encima de la crisis económica ("que por suerte no afectó el mercado del arte", dice Millet y toca madera) gracias a una administración severa y a que trabajan con ganas, pero sin mucha plata.

Día a día, Millet está en la sede de la revista de las 10 de la mañana a las 5 de la tarde. A esa hora vuelve a su casa, toma un té y escribe hasta las 9 de la noche. Las horas que quedan son para sus amigos y para la lectura de sus autores más queridos, los ingleses, sobre todo DH Lawrence y Virginia Woolf. "Orlando es toda una obra de arte. Me movió por dentro. Algún día... escribiré un libro así", dice. Algún día.
http://www.eltiempo.com/domingoadomingo_eltiempo/ARTICULO-WEB-PLANTILLA_NOTA_INTERIOR-7873360.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario