Sentirse frágil para luego creer que te sientes fuerte,
andar buscando supuestos de tranquilidad,
bajo una atmósfera incierta de dolor y engaño,
situaciones inevitables en valores alterados,
perfecciones transgredidas,
tanto como "amar es relativo",
o el "interés gana la partida"...


Es putrefacto caminar para ver el abismo de ser objetos,
usados para el progreso,
de una máquina sin amor,
sin sentimientos y en destrucción...
espacíos de la nada, perdidos en el olvido....
seres desairados por la materia,
hambrientos de los que no llena,
hacia la robotización...


El gozo lanzado al precipicio,
está tan cerca en el interior de nosotros,
en aceptar lo humano que somos,
la belleza de sentarnos a solas,
descubrir que existimos
y descansar sobre las decisiones de nuestra conciencia,
desear lo que aún no sucede... Nada está dado, 
estamos implicados... pero no programados...